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La desinformación periodística en Europa

29 de Mayo de 2023

 La desinformación periodística en Europa

 

 Juan López Páez

 

«El procedimiento siguiente de la prensa burguesa es siempre y en todos los países el más corriente y el más ‘seguramente’ eficaz: mientan, griten,hurlen, repitan la mentira,

‘siempre quedará algo’»

Lenin

Pravda n 32, 14 de abril de 1917

 

Deberíamos estar escarmentados con el precedente de la Guerra de Irak 2004 y las mentiras de Colin Powell en la presentación en 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU en la que expuso las pruebas de EE. UU. sobre las armas de destrucción masiva iraquíes, que resultaron no existir.

Leyendo la información suministrada sobre el conflicto militar de Ucrania nos percatamos de la cantidad de patrañas y mentiras que arrojan a diario las crónicas de los principales diarios de tirada nacional que se nutren de las agencias internacionales de prensa, o las ambiguas posiciones de periódicos de partidos de izquierda y pseudoizquierda sobre el conflicto cuando confrontamos las noticias accediendo desde el exterior a medios censurados por la Unión Europea, con alguna honrosa excepción de periódicos digitales.

Se nos ha escamoteado adrede la cronología de los hechos sobre las causas de un conflicto que no había comenzado ese 24 de febrero de 2022 con la operación militar especial desplegada por la Federación Rusa. Revisando la hemeroteca nos damos cuenta de la desinformación general de la población española del proceso que se inicia con el Golpe de estado orquestado por EE. UU. en Ucrania que expulsó violentamente del poder al presidente prorruso, Víktor Yanukóvich y supuso la matanza en los sindicatos de Odessa de mayo de 2014 sindicalistas aniquilados y quemados vivos por grupos neonazis ucranianos armados por Washington y la persecución de la población ruso parlante ucraniana opuesta a la asonada del Maidán. Aquello supuso la autodefensa y rebelión de la población ruso parlante del este de Ucrania y que durante 8 años el ejército ucraniano bombardease sin cesar las ciudades de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, con el saldo de 14.000 muertos y tres millones de refugiados, hechos bélicos de ataques a edificios de vecinos diluidos en la prensa como escaramuzas de independentistas de las repúblicas del llamado Donbass, intencionadamente ignorados por los grandes medios corporativos internacionales occidentales.

Se las apañaron para disimular las progresivas ampliaciones de la OTAN que arrinconaron las fronteras de la Federación Rusa, restaron importancia a los frustrados Acuerdos de Paz de Minsk que hubieran evitado la guerra y minusvaloraron los bombardeos de población civil inocente del Dombass durante 8 años.

Se las ingeniaron para ocultar el proceso de nazificación del gobierno de Kiev envolviéndolo en la patraña de un nacionalismo legítimo contra el invasor, la presencia organizada de neonazis por el Estado ucraniano dentro del organigrama de las Fuerzas Armadas ucranianas. A finales de 2013, los elementos agrupados alrededor de Dimitro Yarosh y jóvenes de otros grupos ‎nazis recibieron entrenamiento en técnicas de lucha urbana impartidas por instructores de ‎la OTAN en Polonia.

Pogromo es una palabra rusa que significa “causar estragos, destruir violentamente” empleada para describir los estragos del régimen del III Reich aplicable al ataque de la sede de Sindicatos de Odesa. En la Alemania nazi, la violencia pública contra los judíos fue tolerada y hasta alentada, las autoridades ucranianas permitieron las razzias en plena calle de ciudadanos por simpatías rusas emulando la actividad de los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanzas), en el verano de 2014, todos aquellos grupos neonazis ya se habían agrupado en el Batallón Azov ‎fueron enviados a luchar contra los independentistas de Donetsk y Lugansk, arrebataron la ciudad de Marinka en el óblast de Donetsk y perpetraron allí una masacre contra los «separatistas rusos», al igual que con las sinagogas en la época nazi, la persecución religiosa de la Iglesia ortodoxa por afinidad eslava.

La prensa occidental a regañadientes informó de la proscripción de los partidos de la oposición, los tribunales ucranianos han ilegalizado al Partido Socialista de Ucrania (PSU) por considerarlo prorruso. De este modo, ya serían doce partidos los ilegalizados por la misma razón por el SNBO (Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania): Plataforma de Oposición por la Vida; Partido "Shariy"; Partido Nashi (Nuestros); Partido "Justicia y Desarrollo"; Bloque de Oposición; Oposición de Izquierda; Unión de Fuerzas de Izquierda; Partido "Derzhava" (Estado); Partido Socialista Progresista de Ucrania; Partido "Los Socialistas" y Bloque de Vladimir Saldo, en el país que aspira a ser miembro de pleno derecho de la UE.

En septiembre de 1935 se promulgaron las Leyes Raciales de Núremberg en las que se afirmaba que nadie que fuera judío podía tener los mismos derechos que un ario y mucho menos ser considerado alemán, pues bien en Europa 86 años más tarde, el 21 de julio de 2021, la Rada, parlamento ucraniano, aprobó una ley racial «De los pueblos autóctonos de Ucrania» (korennye narody) que reconoce los derechos humanos y las ‎libertades fundamentales únicamente para los ucranianos de origen escandinavo o germánico, ‎excluyendo de esos derechos y libertades a los ucranianos de origen eslavo, una ley que es comparable con las leyes de limpieza étnica de la Alemania nazi.

La narrativa de todos estos grandes medios coincidió, punto por punto, con los argumentos dictados del gobierno de Estados Unidos, léase Departamento de Estado, del brazo armado de la OTAN, de la élite económica ejecutiva del Consejo de Europa y las sandeces del Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, que volcaron toda la responsabilidad contra Moscú en un "periodismo de guerra" que recordaba las crónicas de Vietnam en los años 60 en la lucha contra el invasor comunista del Norte.

La teatralidad de la escenografía que nos han impuesto en los informativos en horarios "prime time" con los falsos documentales de las atrocidades rusas en los campos de batallas, las burdas falsificaciones como las supuestas matanzas rusas en Bucha en el extrarradio de Kiev para la puesta en escena de los asesores anglosajones de una falsa teatralización mediática ya ensayada por la OTAN y la OSCE en la guerra de Kosovo, o bien Ia escenificación realizada en la localidad de Izium, coincidiendo con la retirada rusa en verano de una parte del sur de Ucrania, o las visitas de Sean Penn en 2021 y 2022 trabajando en un documental para Vice Studios, de acuerdo con NBC News en defensa "del coraje" del gobierno ucraniano.

El etiquetado.

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a utilizar activamente los medios de comunicación como arma para formar la opinión pública y conformar la mente de la audiencia. Fueron especialmente virtuosos en la formación de patrones de conducta, ¡todo lo que no coincide con su opinión era claramente "propaganda soviética", ahora la prensa occidental modernizó el rótulo del patrón de demonización para toda aquella información que cuestiona los posicionamientos occidentales tildándolos de “propaganda prorrusa" o agentes al servicio del mal en contra de las libertades formales "occidentales".

Mediante la manipulación relacionamos el arte de la guerra con las redes de comunicación, Antes de Edward Bernays los estadounidenses no desayunaban huevos con panceta, los varones no llevaban reloj de pulsera y las mujeres no fumaban porque estaba mal visto. Bernays1  fue el creador de la “ingeniería del consentimiento”, en su libro “Propaganda” de 1928 escribe:

«La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento importante en la sociedad democrática. Aquellos que manipulan este mecanismo invisible de la sociedad constituyen un gobierno invisible, que es el verdadero poder gobernante de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por los hombres que nunca hemos oído hablar. Este es un resultado lógico de la forma en que está organizada nuestra sociedad democrática».

Bernays resumía su maestría en el arte de conseguir que las personas se comportaran de manera irracional si se lograba vincular los productos (o las políticas) con sus emociones y deseos más acendrados.

El control.

Los Estados son superestructuras garantes de la dominación de la clase capitalista: detrás de una fachada de instituciones libres y democráticas, la clase capitalista ejerce el poder. Este examen puede extenderse a la gestión de los medios de comunicación dominantes. Bajo la cobertura de libertad de prensa, de reglas estrictas de protección de los periodistas y del derecho a la información, los ‘medios’ son un instrumento para salvaguardar el capitalismo y mantener la posición de hegemonía de la clase dominante. Ya en el siglo XIX, desde una posición instrumentalista, Marx y Engels anotaban que “el gobierno moderno no es sino un comité que administra los asuntos comunes de la clase burguesa entera”.

El sistema capitalista está en condiciones de instrumentalizar a los medios para dominar al resto de la sociedad, y puede constituirse en clase propagandista. Cuatro herramientas le procuran los recursos de ejercer su dominación ideológica a través de los medios:

1. La colonización de las estructuras formadoras de los periodistas (financiamiento e intervenciones en las escuelas de periodismo).

2. La selección de los redactores en jefe y de los directores de los medias.

3. La planificación de las líneas editoriales (ocultación de los temas sociales, tratamiento de los sujetos bajo el ángulo empresarial, disparidad cuantitativa y cualitativa en las entrevistas a las personalidades políticas).

4. La impregnación doctrinal (en las escuelas, universidades, pero también a través de la cultura y del deporte: exposición predominante de los valores del mercado, del individualismo, rechazo de lo colectivo…).

 

1. BERNAYS Edward, (1928) “Propaganda. Cómo manipular la opinión en democracia”, Ed. Libros del zorzal.

2. BARROW W. Clyde (1993) "Critical Theories of the State, EE.UU.”  Univ. of Wisconsin Press.

 

 

Categorías: Internacional Comunicación

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