CÓMO LUCHA LA BURGUESÍA CONTRA LA PROSTITUCIÓN
LENIN
Hace poco, en Londres, se ha terminado el «quinto congreso internacional de la lucha contra la prostitución».
¡Fue éste un encuentro de duquesas, condesas, arzobispos, pastores, rabinos, funcionarios de policía y de filántropos burgueses de todo pelaje! ¡Y cuántos desayunos solemnes, cuántas fastuosas recepciones oficiales tuvieron lugar en esta ocasión! ¡Cuántos discursos enfáticos fueron pronunciados sobre la nocividad y la infamia de la prostitución!
¿Cuáles eran, por tanto, los medios de lucha reclamados por los delegados burgueses del congreso, estas delicadas gentes? Dos medios, ante todo: la religión y la policía. Parece que eso es todo lo que hay de bueno y seguro contra la prostitución. Según el corresponsal londinense de la Volkszeitung de Leipzig, un delegado inglés se jactó de haber propuesto al Parlamento aplicar castigo corporal a los intermediarios. ¡Eso es un héroe «civilizado» de la lucha contra la prostitución tal y como se practica en nuestros días!
Una dama canadiense estaba encantada con la policía y la vigilancia ejercida por la policía femenina sobre las mujeres «caídas», pero a propósito de un aumento de los salarios ella decía que los obreros no merecían un pago mejor.
Un pastor alemán echa pestes contra el materialismo contemporáneo que se extiende cada vez más entre el pueblo y contribuye al progreso del amor libre.
Cuando el delegado austriaco, Hertner, intenta abordar las causas sociales de la prostitución, la miseria y la pobreza de las familias obreras, la explotación del trabajo de los niños, las insoportables condiciones de vivienda, etc. el congreso, con exclamaciones hostiles, ¡obliga al orador a callarse!
Por contra, se contaban entre grupos de delegados cosas edificantes y solemnes sobre las altas personalidades. Por ejemplo, cuando la emperatriz alemana visita una casa de partos en Berlín, se ponen alianzas en los dedos de las madres de hijos «ilegítimos» con el fin de no contrariar a la alta personalidad ¡con el aspecto de madres no casadas!
Eso permite juzgar qué asquerosa hipocresía burguesa reina en estos congresos aristocráticos y burgueses. Los acróbatas de la caridad y los policías para los que la miseria y la pobreza son objetos de escarnio se reúnen para «luchar contra la prostitución», que está precisamente sostenida por la aristocracia y la burguesía.
Lenin, «El quinto congreso internacional de lucha contra la prostitución», Rabotchaia Pravda, 13/ 26 julio de 1913