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LA TOMA DE BAJMUT

27 de Mayo de 2023

LA TOMA DE BAJMUT

 

Juan López Páez

El día 20 de mayo de 2023, no solo fue el día de la toma de la fortaleza de Bajmut, tristemente conocida como "la picadora de carne", que ahora en la Federación Rusa se convertirá oficialmente en Artyomovsk, sino también el aniversario de la toma de Azovstal hace un año, el combinado metalúrgico del tamaño de una ciudad ubicado en Mariupol.

En la mesa de la reunión del G-7 celebrada del 19 al 21 de mayo en Hiroshima, los asistentes han podido desayunar con la noticia del jefe del grupo Wagner que informó de la toma de Bajmut: "Hoy al mediodía fue tomado en la ciudad de Bajmut el último reducto del barrio Samoliot", afirmó con una bandera rusa en sus manos en un vídeo publicado en su cuenta de Telegram, acompañado de varios combatientes del grupo Wagner.

El ejército ucraniano al igual que hicieron en septiembre de 1943 sus antecesores nazis, —las unidades alemanas de la Wehrmacht y de las Waffen-SS recibieron orden de efectuar sistemáticamente la destrucción de cualquier infraestructura mediante una política de tierra quemada en la retirada—, así el ejército de Kiev voló edificios enteros llenos de civiles al igual que hicieron en Mariupol. En Mariupol los dispararon con tanques, aquí los dinamitaron. En ninguna de las dos ciudades dejaron evacuar a nadie a pesar de los múltiples momentos de alto el fuego que Rusia organizó con dicho fin. Todo fue en vano.

Los defensores de los "valores occidentales" el Alto Comisionado de la UE, Josep Borrell, jardinero a ratos libres y sus boutades solemnes, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y el canciller alemán Olaf Scholfz entregando el premio Carlomagno en Aquisgrán para ensalzar el rol de Zelenski en la "defensa" de los valores europeos, la belicista de los Verdes, Ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock y sus principios básicos para ser pronucleares y partidarios de enviar armas a Ucrania, Pedro Sánchez que en enero 2023 urgía desde el Foro de Davos a luchar contra las "semillas podridas de Putin", todos ellos sin vacilar siguen empujando sin miramiento la lucha hasta el último ucraniano para seguir el conflicto armado que sólo beneficia al hermano mayor de la OTAN, los EE.UU.

La prensa occidental podrán vencer momentáneamente con sus titulares manipuladores pero ante la evidencia no podrán convencernos con titulares de los éxitos y avances de las Fuerzas Armadas ucranianas sobre el mapa del campo de batalla, ni pueden hacer frente ante la solidez en Relaciones Internacionales de la diplomacia rusa en foros mundiales que ha denunciado el carácter neonazi del régimen de Kiev, presentado pruebas de los 30 biolaboratorios dirigidos por EEUU, el uso de municiones de uranio empobrecido, la proscripción de los 13 partidos de la oposición, los malos tratos infringidos a prisioneros militares o sobre población civil rusoparlante, el robo de niños, el bombardeo de edificios civiles, la gestación subrogada con garantía absoluta, cobertura de todos los riesgos en tiempos de guerra.

De lo que ninguno medio "pro-aliados" se ha hecho eco es de la Ley racial ucraniana. El 21 de julio de 2021, la Rada, parlamento ucraniano aprobó una ley «De los pueblos autóctonos de Ucrania» (korennye narody) que reconoce los derechos humanos y las ‎libertades fundamentales únicamente para los ucranianos de origen escandinavo o germánico, ‎excluyendo de esos derechos y libertades a los ucranianos de origen eslavo, una ley que es comparable con las leyes de limpieza étnica de la Alemania nazi. Es la primera ley ‎racial que se adopta en Europa en 77 años y la Comisión Europea sigue callada.

Categorías: Guerra de Ucrania Internacional

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