Inglaterra, profesorado en lucha
Desde el pasado mes de febrero de 2023, el profesorado de todas las etapas educativas en Inglaterra está en lucha por mejorar las condiciones económicas dentro del sector. El lema “Pay up” – que se podría traducir como “pagad más”, en referencia a los salarios – ejerce como punta de lanza para enfrentar un conflicto que no solo atañe al sueldo del profesorado titular, sino que viene a reivindicar el abandono al que está sometida la educación en todas sus etapas en esta parte del país.
Cartel del sindicato NEU (National Education Union) usado durante las huelgas de educación de 2023 en Inglaterra.
La Educación Pública, olvidada
El sector educativo es de lejos el más castigado en términos presupuestarios. Con una falta de inversión casi en forma de insulto, que se traduce en recortes que se han ido produciendo e incrementando curso tras curso en los últimos trece años [1]. Esta situación ha llevado a pérdida del personal necesario dentro del aula para atender las necesidades educativas del alumnado con la destrucción de puestos de trabajo entre el personal docente y la consecuente incapacidad para cubrir bajas. A todo ello hay que sumar la falta de profesorado especialista en según qué materias. A la falta clara de materiales básicos se añade la desaparición de las excursiones, de las actividades extraescolares o de otra índole por falta de financiación. Además, son normales las deficiencias estructurales en los edificios que no se atienden de manera debida, hecho que los hace inseguros para el desarrollo de la actividad, y así podríamos seguir con un largo etcétera. El problema se está tensando de tal manera, que muchos profesionales están comenzando a dejar la educación para trabajar en otros sectores [2] debido a la presión que esto supone en sus jornadas laborales, las cuales en algunos casos se extienden hasta 12 horas al día [3].
Son, como siempre, las hijas e hijos de la clase trabajadora las que más sufren esta situación. Son las familias trabajadoras las que no pueden cubrir ni suplir las deficiencias estructurales que llevan a una pérdida en la calidad educativa, no sólo en lo puramente académico, sino también en lo humano. Con aulas masificadas – la ratio en Inglaterra es de 30 alumnas y alumnos por clase, cuando no 31 o 32 – y con una falta de personal evidente. Esta nula inversión en la propia actividad lleva a no poder atender las necesidades que presenta el alumnado de manera eficaz ni adecuada, mucho más tras los años de la Pandemia. Aquellas que estamos en la primera línea de la educación podemos observar con facilidad el impacto brutal que ha tenido este periodo en nuestras niñas y niños; siendo mucho más acusado en los barrios obreros y en las zonas más humildes y pobres, donde la escuela es la única oportunidad para que las hijas e hijos de la clase obrera más empobrecida tengan acceso a cosas tan básicas cómo un lugar dónde se sientan seguras, tranquilas y escuchadas. Un lugar en el que poder desarrollarse plenamente como seres humanos en todo su potencial; donde además de aprender a sumar o leer, a veces hay una salida al campo o al museo de la ciudad; donde puedan disfrutar y aprender viendo una obra de teatro o se puedan apuntar a alguna actividad extraescolar sin coste adicional. Y es que las profesoras y profesores sabemos muy bien esto, y más si trabajas en uno de los barrios más empobrecidos de la ciudad.
Ante esta situación de desamparo arriba mencionado, el sindicato de profesoras mayoritario National Education Union (Sindicato Nacional de Educación) que representa a profesionales de todas las etapas educativas hasta la Universidad –y siguiendo el ejemplo de Escocia, del que ya se publicó un artículo anteriormente en Mundo Obrero [4]– realizó todos los trámites pertinentes para la convocatoria de una huelga de 6 días a lo largo de 3 meses. Otros sindicatos de profesorado rechazaron la idea de ir a la huelga, hecho que les ha llevado a perder afiliación en favor del NEU. A esta huelga tampoco se sumaron los sindicatos del personal de apoyo ni los del equipo directivo entre otros.
Por su parte, el sindicato UCU (University and College Union) también convocó siete jornadas de huelga repartidas en dos meses. Para reclamar mejoras en las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores de las facultades en las que se incluían las relativas a materia salarial y de pensiones [5].
Estructura sindical y convocatoria de huelga
La estructura sindical en Reino Unido funciona de distinta manera a la que estamos acostumbradas en España. Los centros de trabajo se organizan en torno a sindicatos del ramo, no hay organizaciones de clase. Esto marca la manera de trabajo y acción de todos ellos. Es por eso que en un mismo centro de trabajo puedes encontrar diferentes organizaciones sindicales operando para cada tipo de trabajo, y el entendimiento no siempre es fácil. En el caso de un colegio de primaria nos encontramos con el profesorado, el personal educativo de apoyo, el personal administrativo, el equipo directivo o el personal de cocina formando parte de diferentes “Unions” (por su nombre en inglés). Esto hace más difícil una acción coordinada y conjunta en según qué casos. En el sector educativo, la Universidad tiene también sus propios sindicatos.
Para convocar una huelga por lo general se necesitan varios procesos de votación, se pueden hacer varios con carácter de sondeo que se suelen realizar de manera telemática o a mano alzada en el lugar de trabajo y uno oficial que se debe realizar de manera postal [6] a un organismo independiente que se encargará de contar los votos y dar el resultado final. Todo resultado inferior al 50% impedirá a las trabajadoras afiliadas a ese sindicato hacer ningún tipo de huelga, pudiendo sufrir represalias si así lo hicieran.
Manifestación del 1 de febrero de 2023 en Mánchester. Fuente: Archivo PCE GB
Hacía la unidad de acción
Tras las cuatro primeras jornadas de huelga, el Gobierno conservador de Rishi Sunak hizo una oferta para solventar el conflicto. Esta oferta era un trampantojo en sí misma porque la subida salarial prometida no sólo no satisfacía las demandas por las que se peleaba, sino que conllevaba una pérdida de personal asociada; para pagar a unos había que echar a otros ya que se debería haber hecho uso del propio presupuesto de cada centro educativo y no una partida presupuestaria específica [7]. Es bien sabido que en las líneas de piquetes una de las afirmaciones más escuchadas ha sido: “yo prefiero que contraten a más gente y haya mejores infraestructuras a que me suban el sueldo”. Así pues, esta oferta fue rechazada en votación por una aplastante mayoría del 98% de los votos emitidos, con una participación del 66% de la militancia del sindicato NEU [8].
El pasado 2 de mayo tuvo lugar la última jornada de huelga aún sin acuerdo a la vista, tanto es así, que se tiene que volver a votar para reeditar los paros. Pero esta vez serán más organizaciones las que se sumen a esta votación. Nos podemos encontrar pues, ante una situación esperanzadora, en la que las diferentes trabajadoras de un mismo centro educativo podamos llenar los piquetes y las calles en manifestación exigiendo lo que nuestro alumnado, familias y profesión merecen.
Desde el PCE en Gran Bretaña hemos apoyado intensamente estás movilizaciones, nuestra militancia organizada en el NEU se ha volcado en el proceso, teniendo parte activa tanto en los preparativos, la agitación, los piquetes y las manifestaciones en localidades cómo Mánchester y Londres. Es por eso que volveremos a decir: Save Our Schools!, porque también son nuestras escuelas.
[1] Strike day | NEU
[2] One in three teachers plan to quit, says National Education Union survey | Teaching | The Guardian
[3] 25% of teachers in England work more than 60 hours a week - study | Teachers' workload | The Guardian
[4] Huelga en las universidades británicas y las escuelas escocesas por mejores salarios y pensiones | Mundo Obrero
[5] UCU - University strike dates in February and March confirmed
[6]Taking part in industrial action and strikes: Overview - GOV.UK (www.gov.uk)